Se ha
convertido en una insana costumbre la utilización de eufemismos, sobre todo a
nivel político, con la idea preconcebida de que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. Así
lleva ocurriendo en España desde hace 38 años, en los que después de la muerte
del dictador nos han estado convenciendo de que vivimos en una democracia.
Después de tantos años, y analizando la situación política de nuestro país de
una manera rigurosa, me atrevo a afirmar que decir que vivimos en democracia es
aplicar un eufemismo para lo que se debería llamar en realidad la ley del embudo. Para ponernos en
situación voy a repetir la explicación o significado que tiene Google para la
palabra democracia:
Democracia es una forma de organización
social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización
del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo
mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad
a sus representantes. En sentido amplio, democracia
es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales
y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
Hay democracia
directa cuando la decisión es adoptada directamente por los
miembros del pueblo. Hay democracia indirecta
o representativa cuando la decisión es adoptada por personas
reconocidas por el pueblo como sus representantes. Por último, hay democracia
participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a
los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan
ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita
a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios.
Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos
complementarios.
El caso es que de las formas de democracia que
hay, la menos democrática es la democracia
indirecta que es la que nosotros tenemos, pero que además de eso está
totalmente castrada, ya que el monstruo bicéfalo, es decir: los dos grandes
partidos, con la ayuda de los nacionalistas se encargaron de construir un
sistema de representación democrático a su medida. Es por esto que se da la
paradoja que el partido que actualmente está en el poder tenga la mayoría
absoluta con sólo el apoyo de una cuarta parte de la población. Esa es nuestra
democracia: 44 millones de habitantes sufren las imposiciones legislativas de
un partido en el gobierno que obtuvo 11 millones de votos.
En el caso de nuestra Comunidad Autónoma es aún
más sangrante y, de la misma manera, el Estatuto
de Autonomía Castellano Manchego fue impuesto por PP y PSOE en mutuo
acuerdo, de tal manera que para tener representación autonómica un partido
político debe tener aproximadamente el 15% de los votos, y podría darse el caso
que con ese porcentaje, dependiendo de la distribución del mismo y ayudado por
la Ley D´Hondt, según que provincias, sólo obtuviera 2 ó 3 diputados de los 49
que existen actualmente.
Para humillar más aún a la democracia indirecta de nuestra región el PP pretende una reforma
en la que se reducirán a la mitad los diputados regionales, pero siguiendo con
el sistema de jurisdicciones provinciales, eso hará que un partido político
necesite aproximadamente entre un 22% y un 25 % de los votos para poder tener
representación parlamentaria, y que otro partido por la misma dichosa ley
D´Hondt con un 35% ó un 37 % pueda tener mayoría absoluta. Una vez más se
demuestra la Ley del embudo por la
que la actual presidenta de nuestra región: María Dolores Cospedal (me niego a
llamarla de Cospedal, ya que su
apellido paterno carece de esa preposición) impone una ley, para perpetuarse en
el poder, a una población de 2,121.000 habitantes, aunque ella sólo tuvo el
apoyo de 560.000.
En un momento en que la ciudadanía está más
indignada que nunca con la clase política, en el que las frases: No nos representan y Lo llaman Democracia y
no lo es, se han convertido en el lema de una generación, esta señora con pretensiones
aristocráticas y absolutistas, al igual que el rey francés Luis XVI, desprecia
al pueblo y mira hacia otro lado. Alguien tiene dudas aún de que no estamos en
una democracia real?
Tenemos muy aprendida la lección de las
consecuencias de las Mayorías Absolutas en este sistema, una mayoría absoluta
es una patente de corso para el partido gobernante para imponer lo que les dé
la gana. Si el gobierno ve rechazo en las calles a sus políticas, endurece la
ley y sus políticas represivas amparándose en que tiene el beneplácito del
pueblo. Si la justicia encausa a sus amigos el gobierno no duda en presionar a
ésta, y si al final no logra amedrentarla revocará la sentencia firme con una
amnistía, esto lo está haciendo continuamente nuestro Gobierno. Están
secuestrando la democracia para poder seguir en la poltrona.
Pero hay más: Todos los días se producen hechos
que nos remiten al pasado más oscuro de éste país, la libertad de expresión ha
dejado de ser la columna vertebral del sistema democrático. La disidencia se
castiga con violencia física por parte de los cuerpos de seguridad del Estado y
por medio de leyes sancionadoras. Los herederos de Franco campan a sus anchas
por el paisaje ibérico sintiéndose nuevamente el bando ganador, demostrando que
son ellos los que nunca han pasado página.
La conclusión es que nuestro pretendido sistema
democrático está degenerando en una dictadura
de las mayorías relativas. Podemos seguir llamándolo democracia, pero para
regenerar la democracia hace falta caminar hacia el lado contrario, el Pueblo
debe implicarse, debemos ir hacia otras formas de democracia más directas y
ahondar en la democracia participativa.
Desde las asociaciones de vecinos, los sindicatos, y desde todo el tejido asociativo de
distintos tipos de afectados se puede presionar al poder. Hay que potenciar más
las Iniciativas Legislativas Populares. Algunos partidos políticos pueden hacer
su trabajo desde sus respectivos foros, pero para eso deben cambiar las leyes
electorales nacionales y autonómicas, hay que equiparar la igualdad de
oportunidades electorales para todos, no
debemos dejar que nuestra mínima democracia, que tanto sufrimiento costó, por
la que tanta gente sufrió cárcel y represión antes de conseguir un mínimo de
libertades, se ahogue aún más. El gobierno actual va en esa línea de recortar
derechos y libertades, quieren quitar representantes del pueblo y aumentar los
cargos elegidos a dedo, quieren darle más poder a las Diputaciones
Provinciales, los únicos cargos políticos que no elige el Pueblo. Quieren, en
definitiva, estrechar aún más la salida del embudo, no les dejemos!
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