Muchos lo estaban esperando, y al
final incluso algunos me lo han reclamado: “como no has escrito ya algo sobre
el asunto de los sobres de Bárcenas y el
PP?”. Creo que no habéis entendido nada: Acerca de este tema llevo escribiendo
hace mucho tiempo! Hemos construido una democracia corrupta entre todos, y
todos somos culpables. La corrupción es algo que está metido en las entrañas
más recónditas de nuestra cultura, y el tema de los sobres de Bárcenas es el
postre de un copioso banquete que se han dado y del que muchos estamos ya
cansados y asqueados.
Aún hoy, una gran mayoría de los
votantes del PP remite al interlocutor, cuando se trata este tema, al caso de
los ERES de la Junta de Andalucía, como si así se solucionara todo, como queriendo
rebajar la tasa de ilegalidad e inmoralidad de todo este asunto. Llevamos demasiados
años haciendo de espectadores de un partido de tenis en el que la corrupción es
la pelota y los jugadores son los dos grandes partidos (con algunas
participaciones de otros). El caso es que el partido de tenis se ha convertido
en una partida de frontón, haciendo las veces de pared el poder judicial y los
medios de comunicación, y los espectadores seguimos las incidencias con la
aparente desidia del que desconoce las reglas del juego.
Somos culpables de justificar la
corrupción con un “tú también lo harías”, somos culpables de mirar para otro
lado cuando lo hacen los nuestros, somos culpables por consentir que las leyes
no nos protejan de ellos, somos culpables por votarles y decir que nos
engañaron, somos culpables por dejarles gobernar, somos culpables por dejarnos
manipular y creernos lo que sus mercenarios mediáticos nos dictan. Somos
culpables, en definitiva, por pensar en lo más profundo de nuestro miserable
corazón que: “ojala y me hubiesen dado a mí también algunos sobres”.
Hemos permitido que degraden
nuestra democracia, la corrupción es algo que puede contaminar a cualquier
partido político que tenga cotas de poder. Porque las corruptas son las
personas, no las instituciones, pero son los partidos políticos los que tienen
que poner los mecanismos para que éstas no se corrompan.
Corrupción es privatizar la
sanidad para que se enriquezcan las empresas de sus amiguetes. Corrupción es
cambiar las leyes para reprimir a los que no están de acuerdo con ellos y se
manifiestan. Corrupción es eliminar los sueldos de los representantes elegidos
por el pueblo y triplicar el número y el sueldo de asesores elegidos a dedo.
Corrupción es despedir a los periodistas que informan para contratar a otros
que manipulan. Corrupción es privar al pueblo de sus necesidades básicas y
aumentar el presupuesto de publicidad institucional. Corrupción es hacer leyes
para favorecer a las empresas para las que trabajaron, y trabajan. Corrupción
es darle el dinero a los que nos han arruinado para así cobrar las prebendas
cuando se retiren del gobierno. Corrupción es hacer leyes para que los
mafiosos, traficantes y estafadores puedan lavar su dinero con poco coste.
Corrupción es quitarle el derecho a la educación y la formación a todos
aquellos que no tienen recursos. Corrupción es acabar con el principio
democrático de que todos somos iguales ante la ley.
Por denunciar estas cosas llevo
mucho tiempo aguantando insultos y difamaciones. La libertad a veces es difícil
de conducir, hay muchos factores que nos impiden caminar rectos y debemos ir esquivándolos.
El pensamiento, sin embargo, es algo de lo que somos dueños únicos, y
lamentablemente, demasiadas veces damos posada a los de los demás.
Hace unos días alguien me dijo
que debería estar contento con todo lo que está ocurriendo. No puedo estar
contento viendo como mi país a sido devastado, vendido y arruinado. Repito: Lo
de los sobres es solamente la guinda de un pastel enorme que ya se han comido
entre unos y otros. No estoy contento, lo que a mí me gustaría es hablar
solamente de arte, de literatura, de cine, de música o de teatro. Preferiría
compartir emociones con los demás, esas emociones que nos transmiten las
grandes obras del hombre: un buen libro, una buena película, un buen vino, etc.
Junto a unos buenos amigos. Volveremos algún día a poder emocionarnos (reir,
llorar, cantar), a poder ilusionarnos con nuevos proyectos sabiendo que somos
los únicos dueños de nuestro destino?
P.D. A pesar de mis palabras yo
no me siento culpable de nada de lo que ocurre, si algo he hecho mal sólo ha
sido hacia mi persona.
Felicidades Manuel, por el artículo.
ResponderEliminarDices que "por denunciar cosas así se te difama e insulta", pero no te vengas abajo, ya que quién lo hace, ni volviendo a nacer, tendría tiempo ni agallas para adquirir tu nivel de formación.
Felicidades de nuevo y un abrazo fuerte.