CUIDADO QUE VUELVEN!
Si, la frase junto con el cartel es divertida y jocosa, pero dentro de ella se esconde un miedo ancestral que hemos tenido una parte muy importante de la población de este territorio llamado España. La imagen de Cospedal y Carmen Casero de riguroso negro, con mantilla y peineta, a dado juego a columnistas y humoristas, que como yo, solo vieron una anécdota en la que emplear su ingenio.
Solamente el devenir de los días me ha hecho reflexionar sobre el verdadero significado de la imagen, una imagen que me retrotraía a un oscuro pasado de este país, en el que en ciertas festividades religioso-patrióticas el dictador desfilaba bajo palio, acompañado de su “casta” esposa ataviada de la misma guisa que 40 años después lo hacen estas dos señoras.
Esto me hace recordar que hace también 40 años, en países de mayoría islámica como Egipto, Libia, Turquía, Irak o Siria el 90 % de las mujeres no usaba velo ni nada que les cubriera la cabeza. Hoy este porcentaje se ha invertido en la mayoría de esos países, y creo que este dato no hay que tomarlo a la ligera, pues considero que tanto la mantilla y la peineta como todos los tipos de velo (incluido el burka) son símbolos no solo religiosos, sino autocráticos que degradan y humillan a las mujeres, independientemente de que los usen de forma voluntaria.
El hecho de que estas dos mujeres aparecieran con esa retro-estética en una fiesta religiosa, pero de onda tradición en Castilla la Mancha, y pocas semanas después de ganar el P.P. las elecciones autonómicas, lo convierte en un acto de autosatisfacción exibicionista, y sobre todo me hace sospechar que han querido lanzar un mensaje claro: “ya no tenemos que ocultarnos; nuestra política económica la van a seguir marcando los mercados, pero haremos unos pequeños cambios para que las ovejas descarriadas vuelvan al redil”.
Que nadie se llame a engaños; la estética sigue siendo una forma de comunicación, por eso INTERECONOMÍA lanza su última campaña poniendo como imagen de sus enemigos ideológicos a chicos y chicas con rastas, tatoos, piercings y estética de la llamada “anti-sistema”. Yo era tan inocente que pensaba que la actitud de juzgar a los demás por su imagen en estos tiempos era absurda. Sigo pensándolo, pero cuando un político marca su estilo de una manera tan concreta, está posicionándose claramente. Y no olvidemos al Sr. Bono, primer cacique de nuestra región, que pretendía que todos los diputados fueran al congreso con traje y corbata, como si eso fuera suficiente para dignificar su trabajo.
Sigue siendo una anécdota que nos da juego para hablar sobre el tema, pues todos sabemos que la derecha de este país no es la denominada “derecha moderna” cuya ideología solo se diferencia de otras posiciones por la defensa del neoliberalismo económico salvaje, pero la derecha española ,a pesar de lo que algunos de sus dirigentes quieren vender, es: rancia, carca, casposa, retrograda, meapilas, intolerante, feudal, aburrida, hortera, simplona, beata, folclórica, anticuada, pseudopija, reprimida, hipócrita y pretenciosa.
Quiero proponeros un juego; coged uno por uno todos los adjetivos que acabo de utilizar para definir a nuestra derechona e id imponiéndoselos a la estética de éstas señoras, incluso encontrareis muchos más que se me hayan escapado a mí, que también la definen.
Para terminar; quiero aclarar que éste era un artículo sobre estética, que es una rama de la filosofía y de las disciplinas artísticas. Sirva ésta aclaración para los que hayan pensado que era un artículo de opinión sobre política.
P:D.: Quizá John Galliano no esté de acuerdo conmigo.
Manuel Buendía Pliego
No hay comentarios:
Publicar un comentario